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Sobre nosotros

Casa A Laxe es una casa rural completamente restaurada situada en un ambiente ídilico en la Costa da Morte.

A escasos metros de la playa de San Roque y situada en la ladera del mítico Monte Pindo (lugar sagrado para los celtas dónde los druidas realizaban ritos y ofrendas), la Casa A Laxe ofrece un atisbo a ambos mundos (mar y montaña) en un ambiente de paz y tranquilidad como es característico del pueblo de O Pindo (Carnota).

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La casa

Casa A Laxe es una casa de alquiler completo con más de un siglo de antigüedad restaurada con pasión, integrada con el entorno y respetando la estructura y materiales de una típica vivienda gallega situada al borde del mar, teniendo un papel predominante en su rehabilitación la piedra y la madera.

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Nuestras instalaciones

Casa de alquiler íntegro.
Tiene tres habitaciones con cama de matrimonio.
Todas las habitaciones tienen calefacción individual, televisión de led full HD y baño propio.
La habitación Río dispone de ducha de hidromasaje y desde su ventana se ve el arroyo que discurre al lado de la casa. Desde la ventana del baño se ve el mar.
La habitación Mar tiene vistas también al mar tanto desde la habitación como desde su baño.
Desde la habitación Monte divisamos el Monte Pindo y las terrazas traseras de la casa.
Sala de estar con chimenea de leña, televisión, juegos de mesa.
Comedor y cocina totalmente equipada conservando la antigua lareira .
Varias terrazas exteriores orientadas al mar, río y monte.
Muebles de exterior (mesas, bancos, sillas y tumbonas)
Barbacoa.
Pérgolas de sol y de sombra.
Cunas y trona disponibles.
Conexión wifi internet gratuita.
Admitimos mascotas.

El porche de entrada, ubicado en la fachada principal de la casa, mira al mar desde una amplia terraza con pérgola que tiene como fondo la playa de San Pedro y más allá, el faro Fisterra.

En su interior el comedor comparte espacio con la cocina y en ésta se ha conservado la típica «lareira» gallega, centro neurálgico de la casa donde antaño se reunían sus moradores al calor del fuego y que hoy ha sido rehabilitada . En la sala de estar, los muebles y materiales nos dejan adivinar el pasado, en un viaje atrás en el tiempo. Las habitaciones tienen sabor vivido e invitan a quedarse en ellas por lo cálidas que resultan, las llamamos Monte, Mar y Río ya que desde sus ventanas nos asomamos a estos paisajes.

En el parte trasera de la casa varias terrazas dispuestas en diferentes alturas, a las que se acceden por un lateral de la casa bordeado por un arroyo, divisando desde la más elevada una espléndida vista y desde donde podemos contemplar la caída del Sol en el fin del mundo.